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Teníamos un rostro...revelado
consciente del enigma...cara oculta
de luna omnipresente...una belleza
de siglos entornados...escogida
como la de cualquier otra mujer
la que hoy tu estupidez ha lapidado
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-A Etoundi, fotógrafa camerunesa.
Gracias por tus Desvelos. Y perdón.-
Angèle Etoundi exhibe en plena calle Alcalá de Madrid, a dos pasos de la Puerta del Sol, unos soberbios paneles con fotografías al parecer tomadas en Zanzíbar (algunas ya expuestas con anterioridad en nuestra ciudad) en las que reflexiona sobre el velo y el desvelo de la mujer africana, no necesariamente musulmana y mucho menos fanática islámica. La exposición ha sido saboteada por algunos ignorantes vándalos, que demuestran poseer más velos en la mente (y notablemente más lamentables) que las mujeres fotografiadas. Debe resultarles excesiva la provocación de estas bellísimas imágenes que velan, desvelan, revelan y se rebelan contra los tópicos de un etnocentrismo tan caduco como asentado. Su revuelo, su color y su delicada sensualidad lo raro es que no hayan provocado un incendiario auto de fe de unos o de otros. Porque un discurso visual como este de veladuras y desnudeces, según en dónde y según cómo, podría recibir (que no provocar) una lluvia de piedras de todas clases y por todas partes: no está la cosa para revelaciones. Y menos para tan hermosas reveldías...